‎"No conozco más allá de las tierras que he pisado. Aún así comprendo la inexactitud de unos ojos que no miran después del cielo sin estrellas. De saber, me sé perdido y te sé a la espera; acurrucada en el valle, perdida en los bosques, a unos cuantos pasos de la marea. Te conozco, porque sé que existes, pero no sé para quién lo haces. También te he visto, de noche y cansada, casi amaneciendo; dormida y respirando ¿Qué tanto has mentido a mis ojos sobre el sabor de tu paz? ¿Aun alcanzas a cubrirme de palabras, de días que llegan de treinta a la vez? Sin embargo,